HIROKI RAMOS NAKO
La pastelera dueña Delishik, Gigi Shikina, narra sus aventuras al adentrarse en la repostería que pasaría de hobbie a trabajo. Comenta acerca de su experiencia como emprendedora, la relación entre familia y negocio y cómo le ha cambiado la pandemia.
Muchas son las historias de negocios que han luchado por sobrevivir a pesar de la pandemia, pero son pocos los casos como el de Gigi Shikina, quien empezó su emprendimiento a partir de esta situación. ‘’(en la pandemia) descubrí el tema de la mujer empoderada’’ Ahora, además de trabajar cuidando su hogar y sus hijos, dedica sus noches a encargos que le dan para hacer los pasteles más creativos posibles.
De preparar pasteles para la familia y amigos, a hacer la repostería necesaria para un evento o fiesta, Shikina ha dado un gran paso con Delishik. Aún así, parece que ella hubiera estado trabajando en esto toda su vida, debido a su firmeza. ‘’No me gusta trabajar 4 o 5 días antes, normalmente trabajo sobre el momento’’, comenta. Así, se garantiza la frescura y efectividad del producto, además de destacar con sus clientes por la velocidad.
A sus 43 años, la dueña de Delishik no esperaba tener éxito en algo que para ella era solo una habilidad para compartir con familia y amigos, pero finalmente, para ella ”No hay edad para descubrir tu pasión’’. Así, Shikina encontró que la creatividad que puede tener con la decoración es lo que más le fascina de su nuevo trabajo. Si bien hay clientes que buscan algo más específico, hay otros que dejan que ella explore sus propias ideas a partir de ciertas recomendaciones. ‘’El hecho de poder desatar tu creatividad si el cliente deja es lo que me gusta’’, explica.
¿Qué le depara en su futuro? Tras haber podido sobresalir en la pandemia, ahora le toca seguir estudiando para mejorar su técnica. Asimismo, el apoyo que ha recibido de parte de su familia de seguro continuará, pues son ellos quien la motivan y ayudan a mejorar. Finalmente, la creatividad en los tipos de decoración de seguro se seguirá expandiendo. Después de todo, ‘’La pastelería es infinita’’, como dice Shikina con entusiasmo.
