Peregrinando el arte en la piel. Keiji es diseñador gráfico de profesión pero quizá nunca se imaginó que su arte lo plasmaría en desde hace 16 años mediante los tatuajes.
ESCRIBE: ROGER GONZALES ARAKI / Tiktok Instagram
“Antes la gente no era mucho de tatuarse porque les parecía un tabú”, recuerda. Todo empezó gracias a que conoció al novio de su amiga, quien se dedicó a tatuar de manera artesanal en una tienda que tuvo como temática la movida del rock.
“Fui aprendiendo poco a poco, en esa época era como un pasatiempo. Yo mismo creé una máquina artesanal para poder tatuar”, recuerda Keiji. Anteriormente la gente quería tatuarse pero no les daba esa valentía, por así decirlo y ahora lo ven más común.
Antes ser tatuador era como un pasatiempo, no era tomado muy en serio porque se aprendía de manera empírica, “pero hoy con la tecnología aprenden mucho y de manera actualizada”, afirma Murakami.
Su estudio es pequeño pero se respira arte. Sus paredes parecen pieles tatuadas porque están llenas de dibujos e inspiraciones suyas y por la ventana puedes ver el desorden de la ciudad, las azoteas solitarias.
EL KANJI EN LA PIEL
“Hago mucho kanji y con el estilo pincelado Japón antiguo. Les gusta la parte artística por como se ve, también se hizo viral los nombres en chino”, indica.
Dice que su público objetivo ha cambiado, ahora lo buscan personas mayores de 30 años. En una de sus historias en Instagram se vio una familia tatuándose.
MÁS DATOS
Keiji Murakami estuvo en Japón del 2006 al 2011.
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